miércoles, 20 de enero de 2016

Nunca seré tu chica diez.

No quiero llegar a los treinta, levantarme un día a las seis
y darme cuenta de que jamás he corrido en pijama por la calle a comprar una botella de whisky.

No quiero tener el recogido perfecto,
las medias sin romper y el tacón políticamente correcto.
No quiero ser de esa gente que recuerda sus sueños y se pasa la vida suspirando un 'demasiado tarde'.

No quiero dejar de reírme de mis absurdos,
no quiero querer en bajito, quiero gritártelo todos los días en el balcón,
que nos llamen locos los vecinos,
decirte una noche en Tailandia:
-Cariño, quiero tener cuatro hijos contigo.

Y que quieras coger el próximo vuelo a casa, que para mañana te parezca tarde,
que tengamos los niños más felices del parque,
y a todos les regalemos El Principito.

Que sepas que nunca olvidaré un aniversario,
pero es posible que no recuerde sacar la cena del congelador a tiempo.

No estaré de buen humor los miércoles
y el domingo será el día oficial de las cosquillas que yo no tengo.

Nunca seré tu chica diez,
porque mira qué ojeras, qué resacas,
pero estaré contigo en los fracasos,
te prometeré que a la próxima irá la vencida hasta que se cumpla.

Quiero que tengamos un globo terráqueo en la mesilla de la noche
para elegir a ciegas nuestro próximo viaje,
que no te enfades si me dejo dormir en la mejor parte de tu película favorita.

Claro que soy un desastre,
que tengo los labios muy finos y siempre acabo pintándome los dientes,
que digo palabrotas a la nada cuando algo me sale mal,
que no me gusta peinarme.

Nunca seré tu chica diez,
-ni siquiera me parece un número bonito-
pero quiero que bailemos
porque soy arrítmica hasta lo cardíaco
y contigo suena bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario