martes, 1 de diciembre de 2015

Ojalá algún día.

Quiero que toda mi ropa deje de oler a ti,
perder la maldita manía de buscar tus ojos en otro,
olvidar que he vuelto a creer por ti y también era mentira.

Que deje de ser noviembre
que no sea septiembre nunca más,
ni abril, ni once de junio.

Quiero que se calle Andrés,
que no me guste Vetusta,
que ninguna canción vuelva a hablarme de ti.

Ojalá pudiera olvidar que te he conocido,
que hemos sido,
ojalá sintieras la patada en el culo que te mereces:

ojalá te doliera algo,
ojalá fueras alguien,
ojalá no me dieras tanto asco.

Ojalá no me odiara por haberte querido.
Ojalá esto fuera rencor
y no sintiera ganas de vomitar cada vez que te recuerdo en mi cama.

Ojalá no fuera más escéptica que nunca,
ojalá no me hubieras hecho reforzar las murallas,
ojalá no le fuera a costar tanto al bueno por culpa tuya.

Ojalá no quisiera gritarte
y a la vez no volver a verte.

Quiero que te vayas pidiendo perdón,
que reces al Dios en el que no crees
y hasta al karma para que no te la devuelva.

Que tengas miedo a que te pase,
a que sean contigo la mierda que llevas dentro.

Ojalá tengas miedo a creer
y te claven todos los cuchillos que me estoy sacando,

ojalá vivas pensando que será mentira
como yo después de ti.

Quiero que te vayas
y te dé vergüenza pensar en volver.

Que sientas cómo te pasa tu propio veneno
por cada puta arteria
y te ahogue.

Quiero que te mates tú.
Y que aún estés a tiempo de rectificar.

Ojalá algún día te mires por dentro
y deje de estar vacío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario