domingo, 9 de noviembre de 2014

Carta abierta a una historia cerrada.

Anoche lloré porque lo necesitaba. Dos veces. Sola. Leyendo en la cama. Y lo cierto es que ninguno de los tres libros que esperaron conmigo a que volviera el sol tuvo la culpa. Aunque un poco sí. Maldita Valeria. Maldita Benavent. Me he sorprendido a mí misma llamándome estúpida por las esquinas. He recordado que la vida podía ser fácil y ya. Sin más. Que siempre me la complico por inconformista.

No recuerdo la última vez que lloré así, más de dolor que de triste, más de desahogo que de dolor. Lo cierto es que no me sentí mejor en absoluto. Me llamé estúpida y me sequé con la camiseta de Los Ramones. Hacía exactamente un año tú me estabas quitando esa puta camiseta, y ahora yo debía estar en un concierto de Extremoduro con él. Y todo fue un poco hostia emocional. Pero no. No estaba contigo ni con él, eh. Lo de siempre.

He vuelto a enviar mensajes de adolescente a las 4:31 de la mañana. Claro que no ha sido al hombre del que estoy enamorada, qué tontería. Ha sido a ti, que te echo de menos. Y he tomado la precaución cobarde de añadir que no contestaras.

Llevo todo el día escribiendo esto en mi cabeza y de veras esto no se parece en nada a lo que llevo todo el día escribiendo en mi cabeza. Pensé que sería más fácil escribir con Calamaro. He acabado poniendo Kings of Leon..tú sabes por qué.

Ojalá no importaran tanto las circunstancias como para escribirlas antes de empezar a escribir,
recuérdame que nunca más te diga que me recuerdes nada.

JODER CÓMO ME GUSTAN LOS IMPOSIBLES.

Ojalá volvamos a romper la cama,
a no tener frío en noviembre,
a llamarnos nada y gritarnos a la cara
que cuando alguno quiera más el otro saldrá corriendo
y sonará Vetusta Morla.

Ojalá te recorras la biblioteca buscándome
y me descubras con cara de estarte esperando,
desde mucho antes de saber que venías
y sonrías:

ojalá yo vuelva a odiarme por no controlar las ganas de besarte.

Ojalá nos peleemos en la calle por no sé qué tontería
y haya un coche azul
y una flor en el suelo
y yo me aprenda la matrícula
y tú digas que hace frío, que voy a enfermarme y bah..

Ojalá vuelva a ver Breaking Bad, pero nunca me dejes acabar una película.

Ojalá hacerte concesiones de honor y dormir contigo,
y oírte repitiendo que no darás tu brazo a torcer,
que tu cama, tus normas y yo tengo prohibido vestirme.

Ojalá me salte clases por correr a besarte,
pero te diga que he salido pronto para restarle importancia.

Joder, ojalá haberte querido mal, pero haberlo hecho.
Ojalá haber sido valientes y habernos jodido.

Ojalá Gran Vía nos obligue a tropezar, Sol a reconciliarnos,
ojalá pisar el kilómetro cero contigo: empezar de nuevo.

Ojalá no tener tantos buenos recuerdos tontos,
ojalá encontrarnos antes, o después, o en otro momento.

No nos voy a engañar, siguen siendo sus ojos negros,
yo nunca supe de qué color los tenía ella.
Ojalá no habernos cruzado en plena cruzada por nuestros imposibles.

Ojalá no saber a ciencia cierta
que pudo haber sido perfecto y no fue.

Ojalá sea esta la última vez que te escribo esperando que no me leas,
ojalá vuelvas a leerme porque es más fácil que decir que me has echado de menos
y ojalá te encuentre aún más borracho y lo confieses
diecisiete veces.