domingo, 22 de enero de 2012

LHGH!

Aprendimos un día,
un poco por despiste en algún parque
que alguien dijo eso de que QUIEN TIENE UN AMIGO TIENE UN TESORO
y nos miramos con sorna pero no dijiste nada
-y no hace falta- porque ha tiempo ya de sobra que sabemos
eso de que cuando te callas y te escucho nos decimos todo,
y eso nadie nos lo enseñó.

Que más de un día no quise ni levantarme de la cama
pensé que me reñirías
y porque no me riñeras hasta estudiar
que cuando me dices que estás orgulloso
y hasta cuando lo sé sin que lo digas:
EL MÁS BRUTO DE LOS ESFUERZOS ME PARECE DE GOLOSINA.

Que la vida nos dio un montón de quéseyos y yoquesés
pero que si no los comparto contigo
ni el mismo sentido tiene nada que decir
y que estoy peleada con la vida
y con cualquiera que se me ponga por delante
y me diga la mitad de lo que me dices ;
que sabes que le partiría las piernas al menos pensado
por eso que sigues haciendo y que te permito;
que la locura es hasta romántica y el odio sabe bien
si tú lo apruebas.

Que me enseñaste que no sólo la hierba desinhibe
y que algunos prohibidos importan una mierda,
que hasta la música es más música
y los infinitos cobran más sentido
si tienen que ver contigo;
que el tiempo, el espacio y otros desvaríos del destino
nos pueden colocar a cada uno en una esquina del tablero
pero que cada palabra está grabada a fuego
y los hechos casi que con sangre.

Que hay vidas que enseñan mucho en muy poco tiempo,
y yo de la mía no he aprendido demasiado
pero la tuya demostró que hay que pelear hasta el final
con aplomo de hierro y heridas de barro;
y luego un agua y a la calle
que la vida es NUESTRA.

Que te comas el mundo y no dejes nada
porque es peligroso quedarse con hambre,
y que toques con la punta de los dedos
lo impensable para otros hombres,
que recuerdes, porque yo sé,
que eres un GRANDE
y que aprendimos de los mejores.