lunes, 28 de marzo de 2011

Sentimos las ganas locas, repentinas, irremediables, estúpidas, adorables, incontenibles, esas que parecen fugaces y permanecen...tuvimos ganas de besarnos,  pero nos contuvimos.

sábado, 19 de marzo de 2011

P.R.M.


Coge esa punta, una, dos y ...no así no. ¡Jolín se me cae!
Anda tonta, si no es tan difícil, verás que acabamos rápido, pues yo, hace tiempo que sé que cuando hay que cambiar las sábanas, sacudirlas solo siempre es más difícil.
¿Me ayudas?
Claro, juntas.
Evidentemente.
Tal que siempre. Si te despierto a las 4:53 para preguntarte lo más absurdo y me contestas sin dudar y sin preguntar la hora, si además tienes para hacer un chiste y sacarme una madrugadora sonrisa tras interrumpirte el sueño, ¿quién da más?
Nadie.

Entonces, en la recíproca adoración de esta agradable y nada aburrida rutina; ¿puedo faltar a mi promesa y decirte: GRACIAS?

Te amo.

sábado, 12 de marzo de 2011

...

Y siento sentarme y sentir, de veras.


Siento que otra vez caiga al suelo mi pantalón y mi vergüenza, hoy llena de arena.


Me pido perdón por perder, por abandonar la lucha, porque hace tiempo me ronda una idea: Puedo olvidar y no quiero, me empecino.


Odio la derrota, de siempre. Como aquel niño que quiso lanzar la última bola de nieve, o como quien con un esguince terminó el partido y perdió. Duele más cuando pusiste todo; perder con esta parte mi esfuerzo físico, mi psíquico y mucho de mi seguridad.


Y caer, odio caer porque no sé si sabré levantarme esta vez; no sé si sabré gritar y romper el cielo; no sé si podré patalear hasta que tiemble el suelo.


Puto cataclismo.


Y en este astigmatismo continuo de no querer ver lo que tengo a un milímetro, él me puso lentillas.

Son.

Tres, veces, meses ya de la primera pasan.
Y son más, de mil, de un millón. No cansa.

Espero.

Porque... no sé por qué,
será que quiero,
quizás anhelo.

No sé; pasa tiempo, un mes;
y callas, perfecto, sonrío. Miento.

No sé; y más, dos, tal que un reloj;
duele y callo, ahora yo,
no sonrío, pues no me engaño.

Me cansa, me hunde, duele, mata.

¡TRES, JODER, TRES!

Espero.

Porque... no sé por qué,
no sé ya si quiero,
no sé ya lo que es anhelo.

Sueñas, ríes, mientes, lloras, sientes...
piensas, no, no piensas:

QUIERES.

Es vida, ¿Recuérdas?


Levantarte a las doce. No.

Mejor acuéstate un rato más, hasta la una quizás.
Relajante después de tanto tiempo; dormir por placer.
No por cansancio; por placer.


¡Y después de todo esto..BUENOS DÍAS!

Imagínate si quisiera..


Y sin querer paseo a la orilla de tu playa, en el centímetro exacto que hace frontera, aquel que me pareció tan lejano cuando era nuestra. Cuando la mar estaba en calma y rompían muy lejos las olas, y sin querer dejo de pensar y sonrío, porque es mejor un poco que nada, y me doy cuenta: soy feliz. Alzo la vista, miro lejos, no veo nada y lo veo todo, y sin querer, sin querer, se me inunda de nueva seguridad el estómago, este centímetro está bien por ahora, no quiero decidir y, sin querer decido, decido seguir aquí.
Sin querer vuelvo a pensar. Y ahora con más claridad; no descubro nada nuevo, no tengo un futuro nítido; no. Solo asumo la realidad que un día no vi; para mí nada es bastante, es cierto, pero sí suficiente.
Es mejor un segundo pleno que una vida vacía, dije. Me diste la razón.
Y sin querer, como todas estas veces, sin la más mínima intención, me la di yo. Sin querer, me hice un poco más fuerte, no valiente para seguir adelante y olvidar, sí para afrontarlo y descubrir que hace mucho y, sin querer, había decidido esperar.

martes, 8 de marzo de 2011

No sé ya cómo decirte que..


Hay alguien, una sola persona en el mundo, que es diferente.
Alguien que no es un amigo, que es algo más y mucho menos.
No estoy siendo justa, perdón, no es una persona. Es la persona, es él, es diferente y es lo mejor y lo peor, está en mis grandes caídas, pero nunca cuando subo, no es con quién comparto el día a día, no es a quién quiero darle mis sonrisas, es él, el que está ahí cuando no soy nada, al que recurro cuando no puedo más y el que me saca la imposible carcajada en un mar de lágrimas. Quien hizo que por mi estómago circulasen mariposas y a quien se las vomité y le dije: No las quiero. ¡Qué mal! Y aún peor, no me arrepiento...de ninguna de las veces en que le llamé, de todas esas en las que le hice daño por egocéntrica, no logro arrepentirme y busco la manera de pedirle perdón, por todos los medios y por todos ellos suena falso.
Perdón por hacerte siempre lo mismo.
¿De qué vale? Si sé que volveré a hacértelo.
Los sms a las tres, cuando no pueda dormir, siempre volveré a decirte ven y acabaremos mal.
Al menos puedo pedirte perdón por despertarte, por preocuparte, por echarme a correr en el último segundo, eso lo siento; pero no puedo prometerte que no lo haré una vez más, ni que esta vez va a ser diferente...¡y quisiera poder!
Aunque, no. No, no, no. Negación infinita. No puedo.
Por dónde iba, no sé, divago...No puedo decirte perdón, no puedo arrepentirme porque te sigo necesitando ¡Joder! Sí puedo darte las gracias; GRACIAS por seguir ahí y por aguantar con entereza mis desaires, por no decirme se acabó y por dejarme volver cuando te necesito.

Porque te necesito, mucho, más.

jueves, 3 de marzo de 2011

They.

Son 33, y 30, y 7.
Son nada en diferencias y todo en mi vida.
Son motor y freno; son calma y éxtasis.
Por quién daría todo y no doy más porque no sé, pero aprenderé.
Los peores momentos, y todas las alegrías, juntos como no.


Y somos distintos, iguales, dispares, calcados y claro: imperfectos, pero felices, y tú me haces reír y si cantas por mí ¿qué más pedir?, y sí, gracias por cederme tu vocación, y a ti por bailar frente al espejo, y gracias, gracias que no se dan, porque ¡vaya qué feo! pero agradecidos; te necesito, y a ti, y a ti. 


De todo hemos salido, no nos queda mucho ya...¡qué digo! Nos queda todo, todo, todo, tenemos la vida por delante; nos quedan broncas monumentales ¡irreconciliables! y reconciliaciones eternas ¡irrevocables! Y claro, este prefijo i-, que es muy susceptible y se va a veces, pero vuelve, siempre vuelve y lo arreglamos, siempre, siempre, siempre. Porque para qué estamos si no..


Estamos, estuvimos y estaremos para ser uno solo, un 0'25 representativo multiplicado por cuatro e indivisible, y sin más rodeos : JUNTOS.






Agradezco poder omitir cada una de estas palabras; agradezco saber que me quieres tú, y tú, y tú.